Si eres padre vas a saber de qué te hablo y si no lo eres, es bueno que sepas esto
Ahora mismo son las 4:20 AM, jueves. Bueno, no sé si esto se considera jueves. La madrugada del miércoles al jueves vaya.
Me he levantado. He ido a la cocina. He molido café. Me he metido en el cuarto de baño pequeño para molerlo porque así se escucha menos. Después he puesto la cafetera y me he quedado mirando la hora en el reloj del microondas.
-4:12. . .
-4:13 . .
-psssssffssssfs – El café está saliendo. (Tengo inducción y va como un relámpago).
Me he servido el café en el vaso que siempre uso para el café. Qué poco me gusta tener estas manías que salen solas. Mañana voy a usar otro. Punto. El caso, que me he sentado delante del ordenador y me iba a poner a trabajar. Y me he dicho:
- Anda! No seas desgraciado y ponte a hacer algo que te ayude a sobrellevar la situación.
Así que como hago últimamente, me he puesto a darle vueltas a lo de dormir. A intentar entender qué está pasando. Y para eso, lo mejor es escribir. Para verte por dentro. Para asimilar conceptos.
Y tú dirás: -¿Y a mí qué?
Bueno, pues de lo que voy a escribir a continuación te interesa. Créeme.
¿Cuánto duerme un bebé?
A ver, de forma general, aunque depende de la edad concreta de la criatura, un bebé duerme mucho. Mucho es mucho. Sobre todo en comparación con los adultos trabajadores somnolientos.
Por ejemplo, mi hija, que ahora tiene 10 meses, debería dormir un total de unas 15 horas.
Y digo más, deberían ser 3 horas de sueño diurno y 12 de sueño nocturno. JÁ!
Las horas de sueño diurno, idealmente se reparten en dos siestas, una por la mañana y otra a medio día. Y entre siesta y siesta ocurre la actividad frenética del cachorro humano.
Para que me entiendas. El bebé medio se despierta a las 7 de la mañana.
¿Por qué?
Pues porque así somos los humanos. Cuando sale el sol, de manera natural amanecemos con él. Es increíble el reloj interno y cómo un cuerpo sin alterar es capaz de activarse siempre a la misma hora con precisión de un par de minutos.
Con alterar me refiero a sustancias que los adultos tenemos normalizadas e ingerimos como alcohol, azúcar y otras, sumadas al estrés, junto con otras circunstancias adversas con las que, lamentablemente, estamos acostumbrados a vivir.
Hace unos cuantos años, en 1938, un profesor y su pupilo hicieron un experimento. Se metieron en una profunda cueva, con avituallamiento para seis semanas para estar privados de luz natural durante todo ese tiempo y monitorizar sus tiempos de sueño y vigilia.
Curiosamente, los humanos tenemos un ritmo interno, un reloj biológico que nos hace vivir a ciclos. Ciclos que se repiten cada aproximadamente 24 horas. Concretamente, para el adulto medio, es de veinticuatro horas y cuarto. Claro, nuestros días son de veinticuatro horas.
Entonces, ¿Cómo salvamos ese desajuste? Pues es gracias a la luz natural, junto con nuestros hábitos, comida y otras señales externas que podemos regular e ir reajustando nuestros ciclos .
A ver, que me lío a contarte cosas y me despisto.
El horario de un bebé
El bebé medio se despierta a las 7. Después a las 10 más o menos se echa su primera siesta que idealmente es de una hora y media. Con esto nos hemos plantado ya en las 11:30. Pues una tres horas más tarde, a las 14:30, se echará sus segunda siesta, idealmente de otra hora y media con lo que se despertará a las 16:00. Bien, pues desde ese momento hay otras tres horas de actividad hasta las 19, hora en la que el bebé debería dormir para cumplir con esas 12 horas de sueño nocturno.
¡Madre mía! Parece el horario del colegio.
Pues NO.
Es increíble que cuadre todo tan bien, pero es que la naturaleza es muy sabia.
¿sabes cómo se llaman esos espacios de aproximadamente 3 horas que hay entre siestas? Yo te lo digo. Ventanas de sueño.
Y esas ventanas de sueño conforme el bebé va creciendo van siendo de más tiempo. Con lo cual, el tiempo de sueño merma. Es así. Sencillo y lógico.
Esto te lo digo por dos motivos:
Uno.
Si eres padre, entenderás muchas cosas del día a día. Y también te adelanto que, si tratas de poner en práctica estos horarios, algo que te recomiendo, tendrás que lidiar con los consejos no solicitados de todo tu entorno.
Dos.
Si no eres padre, o no eres el padre de la criatura que está pasándolo regular con el sueño de su bebé, te sugiero que no opines salvo que te lo pidan. Lo que hicieras tú con tus hijos, tu madre contigo o tu suegra con tu cuñada es algo que quizás no aporte demasiado.
Los bebés no duermen mal. Duermen COMO bebés. Y si tú no eres un bebé, entonces dormirás mal si duermes CON un bebé.
Este es el resumen de todos los libros que puedas leer del sueño del bebé. De nada.
No, en serio, Dormir sin lágrimas, Dormir como un bebé, Dormir sin llantos, Tú bebé por la noche, Duerme como un lirón, Haz que tu bebé duerma sin drogarlo… pon ahí los título que quieras de libros o referencias relacionadas con este tema.
Hay mucho escrito sobre esto. Muchísimo. Porque es un tema que afecta a todo ser humano con descendencia.
El resumen de eso, aún sabiendo que muchos me saltarán al cuello diciendo que no es así, que de repente un día si bebé durmió toda la noche, es que tú bebé va a ir aprendiendo a dormir solo con el paso del tiempo.
Hay ahora una tendencia, por lo que he podido ver, creciente, de lo que se denomina asesor del sueño. Una figura en la que puedes apoyarte para todo este proceso. En mi opinión, es una figura un poco floja y que puedes saltarte conociendo los conceptos básicos y aplicándolos como es debido. Pero claro, en momentos de desesperación buscas alguien en quien apoyarte, externo a la unidad familiar a ser posible, que inspire confianza y cueste lo que cueste. Porque sí, los padres nos gastamos lo que haga falta en los hijos. Y si además está por medio la variable del sueño, me hipoteco si hace falta. Si no me crees porque no eres padre, te invito a dormir durante meses en procesos interrumpidos cada hora más o menos. Es como la muerte a pellizcos.
Un bebé tiene que hacer muchos cambios en sus primeros meses de vida, uno de ellos es el sueño. Y todos los demás, afectan al sueño. Tiene que pasar por ellos. Así que el proceso el inevitable. Y si tú no eres un bebé, dormirás de una forma distinta. Mejor o peor, pero de una manera distinta. Y está disparidad, muchas veces es el origen de que suponga tanto trauma. Lo mejor que puedo hacer es contarte lo siguiente que es qué cambios son esos por los que pasa el bebé.
Además, hay un tema genético también. Habrás observado que hay a quien le gusta madrugar y hay a quien le gusta trasnochar. O que tiene preferencia o aversión a una de ellas. Esto se conoce como cronotipo.
Te recomiendo que, si te interesa el tema, profundices en él viendo aquí porqué dormir es importante. Tan importante. Y cómo funciona el sueño.
¿Por qué no duerme mi bebé?
Bueno, tú bebé concretamente no lo sé. Pero en la siguiente entrada te voy a contar los cambios en el sueño que tenemos las personas en nuestros primeros meses de vida y cómo deberías afrontarlos. Y te lo cuento más allá de la teoría. He pasado y estoy pasando por ello.